Desafortunadamente, aún no podemos celebrar las Navidades como lo hacíamos antes de la pandemia. Nosotros solíamos reunirnos el 25 de diciembre, varias generaciones alrededor de la mesa cargada con las delicias de la Navidad. Aunque los bisabuelos utilizaban el catalán con todos, entre las parejas de sus hijos ya apareció el castellano. Había nietos adultos que hablaban entre ellos o con su pareja en catalán, algunos en español y otros en inglés. Entre los nietos y bisnietos se oía el portugués, el húngaro y el alemán.
Con tantos idiomas, la frescura mental está garantizada incluso hasta una edad avanzada. Por supuesto, esto, según la ciencia, se aplica principalmente a aquellos que también utilizan la mayoría de estos idiomas de forma activa.
¿Cuál es el aspecto del plurilingüismo que brinda protección contra los síntomas de la demencia?
Suele haber menos estudios de personas mayores plurilingües. Tampoco es fácil pensar en ellos como un grupo homogéneo. Después de todo, la historia de la adquisición de diferentes idiomas durante su vida está influida por la historia del uso de cada uno. O porque se han mudado de un país a otro, o porque se ha producido un cambio en el estatus de su idioma. Además, con el transcurso de tiempo la actitud hacia el plurilingüismo ha ido cambiando. Las políticas lingüísticas de muchos países son mucho más inclusivas ahora que hace unas décadas. Esto significa que otros idiomas además de la lengua local se pueden utilizar con mayor libertad en los espacios públicos o en el sistema escolar. Por lo tanto, estos factores pueden dar lugar a diferencias significativas al examinar el uso del idioma de las personas mayores.
Sin embargo, pese a las diferencias, existe un grado mayor de salud mental entre los plurilingües, es decir incluso cuando sufren patologías como el Alzheimer, los síntomas aparecen con años de retraso. ¿Pero a qué se debe esta ventaja?
Las personas mayores plurilingües no ven ni oyen mejor que sus equivalentes monolingües, pero sus cerebros están más entrenados. No necesariamente porque saber más idiomas signifique más actividad mental en las regiones cerebrales que son responsables de las lenguas, sino porque están ejercitando constantemente otras cuando cambian de idioma, decidiendo cuál utilizar.
Por supuesto, como mencioné, la diversidad del grupo de los plurilingües dificulta la validación de las categorías, lo que significa que es difícil descartar la presencia de otros efectos positivos que pueden influir. Sin embargo, estudios destacan que esta observación aún es más probable en el caso de hablantes de más de dos idiomas.
Los plurilingües deben estar en constante vigilancia para que no interfiera uno u otro elemento de su segundo idioma. Esos controles no solo se ejercen sobre la marcha sino también, como preparación, anticipando conversaciones con hablantes de diferentes lenguas.
La fuerza con la que una u otra lengua empuja para entrometerse en el discurso depende también de la cercanía entre las lenguas, ya sea en términos de parentesco lingüístico o cultural, pero también de la frecuencia con la que se utilizan. Oponerse a esta intromisión es el entrenamiento que mantiene jóvenes mentalmente a los plurilingües.
Por este motivo es especialmente útil tener oportunidades como alrededor de la mesa de Navidad, por ejemplo, cuando realmente pueden activar el mayor número de sus idiomas al mismo tiempo, o uno después del otro, cambiándolos en una fracción de segundo.
Cuando todos los hablantes del grupo conocen las mismas lenguas, la tendencia es más fuerte a tomar prestado un elemento del otro idioma, es decir, usando un término común al mezclar los idiomas. Esta situación no debemos confundirla con aquella mezcla de los niños pequeños durante el proceso de su aprendizaje cuando aún no conocen expresiones en una u otra de sus lenguas. Si no es este el caso, sino que digamos, esto sucede más bien por pereza, sí que es a expensas del entrenamiento cerebral. Por eso, si nuestro hijo adolescente necesita un poco más de tiempo para recordar una expresión, tranquilicémoslo y animémoslo para que intente acordarse y se mantenga en la misma lengua.
Es importante cuando por ejemplo llevamos mucho tiempo viviendo en el extranjero y por ello puede bajar el uso activo de nuestra lengua materna, que intentemos también ser más disciplinados de la misma manera manteniendo el discurso sin interferencias.
Si hay una gran diferencia entre el nivel de conocimiento de las diferentes lenguas, es natural y hemos de ser conscientes que habrá que hacer un mayor esfuerzo para bloquear a la más fuerte.
¡No olvidemos que los idiomas aprendidos en la vejez también proporcionan un escudo serio contra la demencia! ¡Nunca es demasiado tarde para seguir los pasos de nuestros hijos y nietos plurilingües, incluso si no podemos contar con la misma velocidad y eficacia que ellos!
Sobre todo, porque cuánto más sanos nos mantengamos mentalmente, durante más tiempo podremos apoyarlos en el uso activo de sus idiomas de origen.
En fin, os deseo unas fiestas navideñas de conversaciones profundas y múltiples donde todos puedan cambiar de un idioma al otro. Asegurándonos de este modo que nos queden muchas más celebraciones juntos disfrutando de una excelente salud mental.